lunes, octubre 27

Y lo nuestro termino en otros

Tus besos me gustaban y tu piel me enloquecía. Hubiese dado varias cosas por otro abrazo tuyo, por sentir tu respiración cerca y que empañes mis lentes. Tus manos... Quería terminar todos mis días ahí enganchada como engranajes, como circuitos. No soltarnos.
Mi cable a tierra eras. Un misterio también. Mucho hiciste en mi. Poco hice en vos. ¡Tu olor! Como olvidarlo ese perfume mezclado con vos era la esencia para todos los días y ese otro con vos era lo mejor para los fines de semana.
Nuestros besos eran infinitos no terminaban jamas. Despegábamos los labios solo para saber como estaba el otro y si quería hacer otra cosa. Pero no. Besar era un privilegio en nuestra lista de quehaceres. Las miradas seguían a los besos. De lejos, de cerca, de muy muy cerca. Esas que dicen todo sin las molestas palabras. Inútiles eran estas ultimas. No las necesitabamos ya sabíamos que eramos y que no, que queríamos...
Metí la pata (por no decir que me enterré entera) cuando involucre a esas malditas en el medio. Ensaladas de palabras para la hora del almuerzo, otra para la merienda y una mas para la cena. Volaban palabras entre nosotros. Ya no había ni miradas que digan todo, ni besos infinitos. Había palabras. Muchas, miles. Error de mi parte haber acudido a ellas. Ahora que lo pienso bien mirarte fijo a los ojos hubiese sido mejor.
Y todo lo nuestro, lo tuyo y lo mio, termino en otros. En otros brazos, otras manos, otras bocas. Miradas nuevas aparecieron y olores nuevos también. Pero creeme cuando digo que no hay como tu olor.


VUDU