jueves, mayo 7

Duele mucho, poquito, nada, mucho, poquito, nada...

Duele. Si mucho. Es el vacío por no tenerte, por extrañarte, por querer verte. Necesitar verte. Que me abraces nada mas. Un abrazo, un refugio, un escape de la realidad... Mi cable a tierra, mi sostén, el amor de mi vida. La sonrisa todo el tiempo, las risas verdaderas, las caricias que necesito. Los besos que me dejan sin palabras, sin aliento, sin ropa, sin dudas, sin temor. Las manos que se aferran a mi cuerpo, a mi alma, a mi. Las palabras justas, las verdades mas crueles, las mentiras mas piadosas. El dolor por no tenerte, por no querer tenerte, por no querer retenerte, por querer que te vayas. Que te alejes, que no vuelvas, que me dejes. Que no me pienses, ni me sueñes, ni me hables. No quiero que me mires, que me enciendas, que me mates. Presente en mi vida, en mis sueños, en mi piel. En mi piel, en mis manos, en mis labios. Me matas, me desarmas, me rompes. En ruinas quedo. Me desintegro. Y todo, todo esto por un simple hola tuyo. Otro hola, otra vez. Lo mismo siempre. Ya se como es la historia. Y se que aunque ya la conozco estoy destinada a vivirla otra vez. Aunque no quiera, sos mi amor. Aunque no quiera, te pertenezco. Y aunque no lo quiera admitir, me perteneces.

For ever and ever conectada a vos.


VUDU.