domingo, abril 6

Algunas veces...sobre todo en invierno.

Camino sola. Música que me hace vibrar suena en mis oídos, un cigarrillo en mi mano, es lo único que necesito. Siento el viento en mi cara, el frió en mi cuerpo. Siento. Pienso en mi, en vos, en otros. Recuerdo olores, gustos, gestos, miradas, pieles. Llego a ese lugar, mi lugar preferido de la cuidad. No escucho a la poca gente que hay. Mi mp3 esta al máximo. Me alejo. Quiero escuchar el silencio. Necesito silencio. Ahí esta. Apague el mp3. Silencio. El silencio me hace sentir. Me tiro al pasto. El suelo, el río, lo verde todo eso me hace sentir. Es hermoso ese lugar. Lo disfruto. Pienso un poco mas. Miro pasar los barcos, la gente, imagino historias. Miro el reloj. Tarde. Llego tarde. Me levanto y enciendo la música. Empiezo a caminar. Esas cuadras no me hacen sentir. No me gustan. Cada cuadra siento menos. Llega un punto en el cual ya no siento. Siempre igual. La vuelta al mundo real me hace dejar de sentir. Todo por querer proteger mi corazón y mi cabeza. Entonces me vuelvo mas fría, mas distante. Creo que es miedo. Miedo a sufrir, a perder, a llorar. A que no pase. Que no nos pase. No me gusta no sentir. Me gusta sentir. Sentirte. Honey te invito un rato a mi mundo, venís?

El cielo es diferente es ese lugar. Se los aseguro.